Armando Cavalieri admitió al diario Crítica (28-4) que “el salario básico de los empleados de comercio se encuentra por debajo de la línea de pobreza”, y planteó la necesidad de llevarlo a 3 mil pesos, considerando los pronósticos inflacionarios del 30% anual.
¿Qué explica este reacomodamiento de la burocracia sindical, que hace tan sólo cuatro meses pateó las paritarias a cambio de un miserable adicional en cuotas, que en los call centers apenas superó los 100 pesos?.
Lo primero que debemos señalar es que Cavalieri es el máximo responsable del salario de miseria que cobramos los empleados de comercio. Durante los últimos años, entregó todas las paritarias a cambio de sumas insuficientes, que encima van pasando al básico a cuentagotas. Coronó, de este modo, una década y media de entrega de las condiciones de trabajo (polifuncionalidad, entrega del descanso hebdomadario, etc.), que han transformado al convenio de Comercio en uno de los peores del país.
A esto debemos añadir la situación de los trabajadores de agencia, contratados como eventuales o temporarios (modalidad que encubre la verdadera relación laboral) para pagar un salario menor, y que realizan las mismas tareas que un efectivo.
El reacomodamiento de Cavalieri es el resultado de un gran malestar en las bases del gremio, que volvieron a tomar la iniciativa por una recomposición salarial (por ejemplo en Disco), y amenazaron con dejarlo en ‘off side’. Al mismo tiempo, la burocracia sindical se encuentra dividida entre una fracción de ‘gordos’ y una fracción kirchnerista, que utilizan también a las paritarias para dirimir sus propios intereses de aparato. En este cuadro, un conjunto de directivas del interior salió a plantear un básico de 3 mil pesos, pero sin convocar a ningún plan de lucha para conseguirlos.
Los empleados de comercio, ya sea supermercadistas o calls, debemos aprovechar el reacomodamiento y la división de la burocracia para fortalecer la lucha por nuestros reclamos, sin un gramo de confianza en aquellos que hace apenas algunos meses se valieron de las patotas para desaforar, como un brazo de la patronal, a los delegados opositores Cristian Tonarelli (Coto de Rosario), y Ricardo Ham (Coto Spinetto). Son los mismos que no mueven un dedo, y hasta son cómplices, de los despidos contra los activistas de los calls.
Intervengamos en los paros y en este proceso revulsivo que recorre al gremio de Comercio con una posición consecuente, para llevar hasta el final un reclamo que la burocracia sindical intentará traicionar en el camino.
40% de aumento al básico. Por los $3000 para la categoría 1.
Por asambleas en los lugares de trabajo.
Por un plenario de delegados para votar un plan de lucha.
Por el reconocimiento de la insalubridad en los call centers.
Publicado en La Voz de los Call Centers, número 3, mayo 2010.
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