Después de 40 años de tributos coloniales a los acreedores financieros internacionales y nacionales, la deuda externa vuelve a desatar una crisis política.
Esto demuestra que se trata de una hipoteca usuraria, que es incompatible incluso con el régimen político que se ha puesto al servicio de su pago.
La deuda ya fue pagada varias veces a través de sucesivas refinanciaciones e intereses usurarios.
El gobierno de los K pretende dar un nuevo manotazo a las reservas para ‘normalizar’ la relación con los acreedores que aún están impagos y volver a contraer deuda con la banca internacional.
Los capitalistas privados quieren volver a los “autopréstamos”, o sea endeudarse con el exterior luego de haber sacado del país unos 40 mil millones de dólares desde 2007.
La banca local, mientras tanto, tiene un sobrante de 35 mil millones de pesos, que presta al Banco Central a tasas usurarias del 16 al 20 por ciento.
La llamada oposición (incluidos los Binner, Juez, Stolbizer) también está de acuerdo con manotear las reservas del Banco Central, siempre que el debate pase por el Congreso. ¡Es lo que reclaman los banqueros de adentro y de afuera!
Lozano y Solanas, por su lado, reclaman que se investigue la legitimidad de la deuda. Están combinando con pagadores seriales, como Binner, Juez y Stolbizer, una alianza electoral para 2011. ¿A qué juegan?.
Denunciamos el acuerdo entre todos los bloques y los K para pagar la deuda, incluso con el manotazo, y planteamos el no pago de la deuda externa, que ya ha sido pagada varias veces y que hoy sirve para saquear a la Anses, al Pami, al Banco Nación y las reservas nacionales.
El dinero de las reservas debe estar al servicio de un plan de reindustrialización nacional, bajo control de los trabajadores.
Publicado en La Voz de los Call Centers, número 2, marzo 2010.
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