La empresa Teleperformance ya no esconde su propósito de vaciar el edificio de Yrigoyen, como lo hizo antes con el de Alem. A mediados de abril, después de fracasar en su intento de despidos selectivos gracias la determinación del Cuerpo de Delegados y sus trabajadores, amenazó con 150 nuevos despidos.
La prepotencia de la patronal despertó la bronca de todos los trabajadores. Con un paro por tiempo indeterminado y un corte sobre Avenida Rivadavia, los trabajadores y el Cuerpo de Delegados doblegaron la intransigencia de la empresa, que debió firmar un acta en que garantiza los puestos de trabajo de los más de 500 trabajadores, y la asignación de tareas a 25 personas que estaban breakeando.
El Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria el 18/4, por quince días hábiles. Ahora la empresa niega haber firmado el acta, de la que son testigos más de 100 trabajadores, y justifica su intención de cerrar el edificio en nombre de problemas económicos –los desafiamos a abrir sus libros contables y compararlos con nuestros recibos de sueldo, para probarles que los únicos que tenemos problemas económicos somos los laburantes.
La dirección del Sindicato, como de costumbre, es socia de la tentativa de vaciamiento patronal. Boicoteó las medidas de lucha e intentó poner el conflicto en las manos burocráticas de Cavalieri.
Estamos en presencia de un conflicto clave. En Teleperformance, al existir una representación sindical genuina de los trabajadores, se expresa en forma consciente la resistencia de los trabajadores al vaciamiento y achique que vienen protagonizando desde hace un año todas las grandes compañías del sector.
Hagamos extensiva estas conclusiones de lucha a Teletech y todos los gigantes que están despidiendo en masa, y opongamos al avance patronal nuestro propio avance: la organización del edificio de Teleperformance Pellegrini, la joya de Daniel Julien en el Cono Sur.
Publicado en La Voz de los Call Centers, número 7, mayo 2011.
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