Ola de despidos en call centers y comercios
Desde que terminaron las elecciones del sindicato en mayo, pero mucho más acentuadamente en las últimas semanas, la conducción de Armando Cavalieri empezó a promover despidos contra trabajadores, activistas y delegados enrolados en la oposición. A pesar de que su triunfo fue con sólo 8 mil votos sobre 300 mil trabajadores, el apoyo abierto que recibió en los comicios por parte del ministro Carlos Tomada y el gobierno nacional, además de su excelente relación con la cámara patronal, lo hicieron sentir lo suficientemente impune como para emprender la cacería.
Se encuentran en curso despidos, causas penales, y procesos de desafuero en Coto, Disco, Rodó, y en la propia sede del gremio. En el caso de los call centers, un operativo concertado de la burocracia y las cámaras patronales referenciadas en Fernando Padrón y Javier Serafini, provocaron en la misma semana despidos quirúrgicos contra destacados activistas de Actionline, del Centro Nacional de Activaciones de Claro, y el despido entero del combativo cuerpo de delegados de Teleperformance Yrigoyen y sus 170 trabajadores.
Marcha
El 18/08 se desarrolló una importante jornada de movilización contra los despidos, la persecución y la precarización laboral, que sirvió como demostración de fuerzas y para la reorganización del activismo. Más de 300 personas se congregaron en las puertas de Actionline, en repudio al segundo despido antisindical de Amancay D’Oliveira y por elecciones democráticas en la empresa –ver PO 1189-, para luego marchar por el microcentro porteño, haciendo paradas frente a las oficinas centrales de Claro, la Cámara de Comercio, el Ministerio de Trabajo, y Teleperformance. En estos lugares se denunció, ante un notable operativo policial que incluyó sendos vallados y despliegue de infantería, los recientes despidos de Adriana Rabey y Vanesa Pérez –ver aparte-, el cierre del edificio de Teleperformance Yrigoyen, el desalojo policial contra los trabajadores que se apostaron en el edificio de Pellegrini reclamando su continuidad laboral, y la absoluta complicidad de Tomada.
La protesta fue encabezada por las comisiones internas de Teleperformance, de Claro Terrero, y la Comisión de Reclamos de Actionline, y contó con la participación de trabajadores y delegados de los calls Telmark, Taskphone, ex cooperativizados de Movistar, la Naranja Telefónica, despedidos de Coto, Combativos Mercantiles, la FUBA, organizaciones políticas, y hasta una murga solidaria que llamó la atención de transeúntes y automovilistas sobre la compacta columna.
Hay una reacción burocrático-patronal al movimiento de ascenso del 2010 que conquistó importantes posiciones, combinado con un revanchismo de Cavalieri contra sus opositores en el gremio. Pero por cada lugar de trabajo que la burocracia y la patronal intentan desmantelar, proliferan dos o tres lugares nuevos que intentan organizarse contra la precarización extrema que caracteriza la actividad en los call centers y los comercios. Debemos crear un dique lo suficientemente fuerte para detener esta ofensiva, y evitar el descabezamiento del activismo.
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