Que el mismo gobierno que aplica el ajuste se queje de las remarcaciones es insólito. Que no tiene la intención de ejercer un control de precios real lo demuestra que no nos haya convocado a los que más conocemos del tema, que somos los trabajadores de los comercios. Las irrisorias multas que el gobierno aplica ni siquiera se ejecutan, porque las cadenas encuentran todo tipo de mecanismos para evadirlas o dilatarlas.
Pero lo más notable es que el gobierno no ha hecho una sola mención a la precarización y bajos salarios a la que nos someten las cámaras de comercio. Esto es fácil de explicar: es y ha sido cómplice de ellas en todos estos años.
Para enfrentar realmente a las patronales del comercio, sólo cabe imponer condiciones laborales dignas, aumento salarial, y el control obrero de los lugares de trabajo.
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