Publicado en La Voz de los Call Centers número 15, septiembre-octubre de 2013
Las elecciones del 11 de agosto mostraron un derrumbe del gobierno kirchnerista, que pasó del 54 por ciento de los votos en las elecciones presidenciales del 2011 a un 26 por ciento. El resultado es similar al que había obtenido en las parlamentarias de 2009, que fue la peor elección del gobierno.
Muchos dirigentes sindicales, diputados, e intendentes peronistas que hasta ayer estaban con Cristina, han tomado nota de esta situación y emigran ahora de manera oportunista a las filas del Frente Renovador de Massa. Nos encontramos en un momento de transición política.
El gobierno acusa a Massa, Macri y Binner de tener una agenda política antipopular y de ser los candidatos de “los dueños de la pelota”, en referencia a los grandes grupos empresarios que dominan el país. No le falta razón en esto. Sin embargo, a su modo el gobierno asume también esa misma agenda antipopular que reclaman los grandes empresarios, como lo demuestra la aceleración en la devaluación del peso, el “pago serial” de deuda externa (¡175 mil millones de dólares en diez años!), el acuerdo con Chevron, y el silencio cómplice ante la designación de Granados como ministro de seguridad en la provincia de Buenos Aires, un hombre acusado de armar escuadrones parapoliciales en Ezeiza para abatir “delincuentes”.
Pero las elecciones de agosto han mostrado también algo más: una extraordinaria elección de la izquierda, que obtuvo casi un millón de votos. El Frente de Izquierda se consolidó como una fuerza nacional y obtuvo resultados muy importantes que plantean la posibilidad de ingresar legisladores y diputados: 7.86% en Santa Cruz, 7.6% en Mendoza, más del 10 por ciento en Salta, 9.39% en Jujuy, casi el 4 por ciento en provincia de Buenos Aires y más del 4% en Capital Federal.
En octubre, votemos al Frente de Izquierda para llevar los reclamos populares al Congreso Nacional y las legislaturas provinciales. Tenemos que romper con los partidos que han hundido al país y poner en pie una alternativa política de los trabajadores.
La izquierda tiene que estar. En Capital, Altamira diputado nacional y Marcelo Ramal legislador porteño. En provincia de Buenos Aires, Néstor Pitrola diputado nacional.
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