Es sabido que la
mujer trabajadora es el sector que más agudamente padece este régimen social de
explotación, miseria y represión. En la precarizada actividad de comercio, las
empresas buscan un target de mujeres jóvenes, de madres solteras, con quienes
especulan que podrán violentar más fácilmente sus condiciones de trabajo y sus
derechos, ya que se ven obligadas a soportar la flexibilización laboral y los
bajos salarios para mantener su empleo, que muchas veces es la única fuente de
ingresos en el hogar. Dentro del convenio no se encuentra contemplado el pago
de las guarderías, ni hay guarderías dentro de los edificios donde trabajamos.
De igual manera, no se contempla el día femenino o el pago por enfermedad de
nuestros hijos. Por el contrario, sufrimos el hostigamiento de las patronales
cuando reclamamos por nuestros derechos. Llegan incluso al abuso sexual, como
la resonante denuncia de estos días contra un supervisor de Wal Mart en
Rosario, o compañeras que se orinan en línea de cajas porque no se les permite
ir al baño.
Para frenar todas
estas vejaciones, abusos, y superexplotación, la única herramienta de que
disponemos es nuestra organización, como lo demuestran las compañeras que
luchan contra las redes de trata, o por la legalización del aborto para
terminar con las muertes por aborto clandestino.
La violencia contra
la mujer constituye un principio social establecido desde el propio Estado, y
la política del gobierno nacional en este punto es lamentable: subejecuta el
presupuesto de asistencia a la mujer, se muestra impotente frente al alarmante
incremento de los femicidios, no garantiza la igualdad salarial, y sobre todo,
mantiene un acuerdo con el clero frente al tema del aborto (que vale también
para Macri y Binner).
Las mujeres de
Telemarketers en Lucha y de Combativos Mercantiles estamos elaborando un
programa con nuestras reivindicaciones, como trabajadoras encuadradas en comercio,
y te invitamos a sumarte y a participar. Los días 6, 7 y 8 de octubre se
realizará el Encuentro Nacional de la Mujer en Misiones.
Escribínos. Hay una
salida. Digamos basta y luchemos por nuestros derechos.
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