Tras 35 días de huelga, los pasantes de Arba conquistaron las primeras doce plantas temporarias. En la asamblea que votó levantar las medidas se decidió una nueva reunión, el 13 de febrero, para volver a debatir cómo luchamos por la continuidad laboral del resto de las pasantías que se van venciendo. También se conquistó el reconocimiento de la licencia por maternidad con goce de sueldo y cobertura social para las compañeras embarazadas. La patronal quería aplicar una cláusula del convenio de pasantía que prohíbe esa licencia.
Claramente, estos avances van sentando el precedente de que se trata de trabajadores del Estado y no simples contratos de pasantes estudiantiles. En tal sentido también, esta lucha adquiere un valor tremendo para el conjunto de los trabajadores del Estado donde pululan múltiples formas de contratación precarizada.
Los compañeros del call han adquirido una fructuosa experiencia y promovido un activismo combativo, que no cejará hasta poner fin a la precarización laboral.
En la última semana de paro, el conflicto comenzaba a trascender hasta con un artículo importante en el suplemento económico de La Nación. La revaluación de las viviendas, que llevó a un aumento del 400% en el impuesto inmobiliario, abrumó de trabajo al 0800 de Arba, que es el organismo encargado de orientar a todos los contribuyentes.
Frente al ajuste general del gobierno nacional que ya anunció recortes salariales a los estatales, la lucha del call es un aviso de la resistencia que se viene.
Además, coloca en crisis al régimen de pasantías no formativas que sostiene la universidad. El año 2012 lo abrimos con la lucha de los jóvenes de Arba, en la universidad y en el gremio ATE.
¡Adelante, compañeros!
Por la planta permanente de todos los precarizados, por pasantías formativas bajo convenio, basta de negocios con terceros a costa de los estudiantes en la UNLP. Unidad de trabajadores con los estudiantes.
Laura Kohn
Extraído de Prensa Obrera 1210, febrero 2012.
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